Gritar.
De aquí.. de este encierro..
Golpeando los pulmones sin aire..
Colocando mi cerebro a distraerme de cualquier cosa que me lleve a pensarte..
No salgo, siento fiebre.
Las grietas en el cielo se abren paso entre la lluvia donde descansa mis ojos..
El suelo parece más entretenido que la voz que me habla..
La lectura ha vuelto a mis pasatiempos..
Volverme loca quizás un poco también.
Corren los minutos y lloran las horas.
Se escuchan los pájaros burlándose..
Y la ventana deja entrar solo un poco de luz..
La penumbra oculta mi tristeza y mis manos abrazan mi cabeza.
La noche es fría como mis manos que extrañan calentarse en tu pecho..
Mis dedos tiesos buscan ahorcarte en un beso..
Puedo escuchar mi sangre correr y los autos de afuera pasar con prisa..
Sin embargo ya no puedo creer ni en mi risa.
Me siento perdida en mi afán de no querer moverme
por que estoy cómoda en mi sitio,
la cama me envuelve mientras las lágrimas aún secan
y mis pies se juntan par ver si pueden
cantarse uno al otro y darse calor.
A veces pienso que estoy mejor sin ti..
Que en realidad no te necesito..
Lo noté una vez te alejaste y supe que posiblemente eras un capricho..
Pero mi pecho se volvió a llenar de suspiros cuando te encontré en el viento..
Callado y en sigilo.
Verte tomar mi mano con recelo por ver mi reacción,
yo temiendo que vieras mis uñas que tomaron por asalto
mi espalda en las noches.. o mi boca que mordía aguantando
los ahogados sollozos, que deseaba gritar desde el fondo.
Tomaste mi mano y pude ver como te quebrabas
con cada palabra y pensamiento que colocabas sobre la mesa..
vi tus ojos teñirse de rojo implorando no dejar caer nada a tus mejillas,
me sentía aún mas débil si te veía a ti.. casi en ruinas.
Y noté que no eras un capricho..
que tus ojos no envenenaban mi cabeza,
que tus labios no me causaban ningún encantamiento,
ni tus manos eran dueñas de mi cuerpo.
Verte sonreír era lo único que me bastaba
para liberar ese grito interno.
Besaste mi mano y me miraste como el ultimo vaso
de agua en una sequía tan larga.
Y me extrañaste,
lo sentí en tus labios desesperados en mis palmas,
lo palpé en mis labios cuando te regresé el favor,
y supe que te extrañé aún más cuando ya no podía soltarte.
Y.. me quebranta este poder que tienes sobre mi,
me atormenta saber que puedes lastimarme de nuevo,
me acongoja saber que puedo hacerte daño..
por que ahora si tenía miedo de sufrir..
ahora es hacerte sufrir cada gota sin quererlo realmente.
Quise gritarte.. y las ganas cayeron con
nuestras manos en mitad de la calle..
Se hicieron callar al escuchar tu risa..
Y finalmente pude sacarlo cuando pude cantar junto a ti..
como la primera vez.
Aun hay cosas que quiero gritar..
como que te amo en cierto modo y..
me alegra saber que en cierta forma..
también lo haces.
Por: Pamela Silveira
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